La importancia de ser Leonardo
Con El Gran Gatsby ya se ha apuntado otro gran acierto en su carrera. La transición de niño-actor a ídolo de adolescentes para después convertirse en una gran estrella fue un largo camino, pero allí está Leo, rugiendo como el verdadero rey de la selva hollywoodense
Deshacerse de su imagen de lindo chico ha sido un largo proceso. Muy bien Leonardo DiCaprio, a sus casi 39 años, podría gritar fuera de contexto (y sin Rose): “¡Soy el rey del mundo!”, y se lo creeríamos sin más, ya que su nombre está ubicado entre los actores más influyentes de nuestro tiempo.
Definitivamente quien ignore quién es DiCaprio, sencillamente vive en el planeta Marte o es una piedra. De niño-actor a fantástico intérprete, El Gran Gatsby, su más reciente película, viene a ser para Leonardo otro gran acierto en su carrera. Es que Jay Gatsby es un personaje que promete quedarse alojado en el recuerdo de los espectadores, y por supuesto de sus seguidores. Y esto se puede afirmar con todo el respeto que merece Robert Redford quien en 1974 encarnara ese mismo rol.
Para Baz Luhrmann, el director de esta nueva versión, DiCaprio era el actor ideal para encarnar a Jay Gatsby, con su oscuridad, con su profundidad, con su tragedia, con sus complejidades. Pero también era Leonardo el compañero de aventura adecuado para el director australiano; una alianza basada en una estrecha amistad que se originó cuando Leo fue Romeo en la versión “rockera-pandillera” de Luhrmann del clásico shakesperiano.
El perfecto escenario para el estreno europeo de El gran Gatsby no podía ser otro que el Festival de Cannes. A pocas cuadras de donde palpita el centro de operaciones de este famoso festival de cine, el escritor estadounidense F. Scott Fitzgerald escribió la novela homónima cuando pernoctaba en la Costa Azul. Corría 1925 cuando fue publicada esta historia, la cual no fue muy bien acogida ni por la crítica ni por los lectores.
Leonardo DiCaprio escucha atento en el encuentro con la prensa la feliz coincidencia relatada por Luhrmann. La sala está abarrotada de periodistas del todo el mundo, y Leo sentado entre Baz y su amigo Tobey Maguire (quien interpreta al narrador omnisciente de la novela, Nick Carraway), sorbe pausadamente un café.
(Lee el reportaje completo en Sala de Espera- Venezuela)
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